La actriz austriaca Hedy Lamarr apareció 20 minutos totalmente desnuda en la película Éxtasis, de 1933. Fue un gran escándalo para la época.
El primer y más escandaloso desnudo femenino integral de la historia del cine fue protagonizado por la actriz vienesa Hedy Lamarr (1914-2000) en la película Éxtasis, de 1933. Rodada en Checoslovaquia y dirigida por Gustav Machaty en 1933, la cinta narra la relación adúltera de una bella joven casada con un viejo impotente. Lamarr, cuyo nombre de nacimiento era Hedwig Eva Maria Kiesler, aparece tal cual vino al mundo nadando en una piscina durante 10 minutos y casi otros tantos minutos corriendo por un bosque en pelota picada. También fue la primera vez en una pantalla que una mujer simulaba tener un orgasmo.
A pesar de las críticas religiosas y la indignación de los más puritanos, la película fue un gran éxito comercial en aquellos países donde pudo verse sin censura y catapultó a la fama a la actriz Hedy Lamarr, que empezó una carrera en Hollywood. Curiosamente, además de actriz, Hedy Lamarr fue coinventora de la primera versión del espectro ensanchado que daría lugar a la tecnología Wifi y Bluetooth. Y es que Lamarr, que era hija de un matrimonio judío centroeuropeo –su padre era banquero y su madre pianista–, destacó desde pequeña por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada. Empezó a estudiar ingeniería a los 16 años, pero tres años más tarde, en 1933, dejó la carrera atraída por su vena artística, y empezó en el teatro berlinés como alumna del director Max Reinhardt.
Su vida fue un sinfín de aventuras, pues después de hacer la película, sus padres la casaron en contra de su voluntad con el magnate de la industria armamentística Friedrich Mandl, también judío pero proveedor de armamento para Hitler y Mussolini. Mandl intentó hacerse con todas las copias de la película en que Hedy lucía su desnudo integral y la sometía a una vigilancia constante, prácticamente encerrada en casa. En sus memorias contó que solo podía bañarse o desnudarse cuando su marido estaba a su lado, acechándola.
Al mismo tiempo, Hedy aprovechó su semienclaustramiento para continuar sus estudios de ingeniería y utilizar su inteligencia para obtener de los clientes y proveedores de su marido los pormenores de la tecnología armamentística de la época. Luego pasó la información a las autoridades de los Estados Unidos años más tarde. También fue capaz de idear y patentar, en los años 40, la técnica de conmutación de frecuencias, que le devolvería la fama en los últimos años de su vida.
Durante su encierro mantuvo una relación sentimental con su asistenta, que la ayudó a escapar de su marido por una ventana del baño de un restaurante y logró llegar a París. Después se marchó a Londres, donde conoció a Louis B. Mayer, el empresario de la Metro Goldwyn Mayer (MGM). Vendió sus joyas y huyó a Estados Unidos, en el mismo barco que Mayer, para convencerlo de que la contratara como actriz. Al llegar a tierra, ya tenía un contrato de siete años y un nuevo nombre: Hedy Lamarr. Luego se casó cinco veces más. En suma, todo un personaje.
Interesante post, Gude… No conocía su historia, y las fotografías, muy buenas… Un placer…
ResponderEliminarFeliz año, y mil Bsoss!
Es muy interesante y, para mi, enriquecedor todo lo que venga del conocimiento de los inicios y más aun si se trata de la historia de todos los hombres y mujeres que dieron qué hablar y nos empujaron al resto.
EliminarGracias por pasarte por aquí y Feliz año.
A tus Pies.