La primavera va entrando despacio y con algún sobresalto climatológico. Pero pongo mi piscina en la terraza... soy muy de agua y en cuanto aprieta el calor me falta tiempo para disfrutar de ella. Además, desnuda... por las noches. Una delicia... el mejor momento del día.
Termino mis quehaceres en mi despacho y me dispongo para tomar un relajante baño a la luz de la luna. Subo hasta la terraza, me termino de desnudar y me zambullo en el agua... templada por el calor de ese día.
Al poco de estar ahí, noto que mi corazón comienza a latir más y más deprisa... giro mi vista hacia la puerta y allí estaba mi perro.
_ Cuánto tiempo llevas ahí... estabas dormido.
_ Lo suficiente para ver el monumento.
Se despojó de sus calzoncillos y se metió conmigo... de frente. Fui recorriendo con mi pie todo su cuerpazo. Iba palpando cada centímetro hasta llegar a la boca. Me besó apasionadamente la planta del pie y como un poseso fue jugando con los dedos y su lengua. Cuando noté que estaba fuera de sí y su excitación era palpable, subí mi otro pie hasta llegar a su polla... tersa y dura. Él no podía más, sus gemidos eran continuos.
Así que decidí darme la vuelta y quedarme en posición de gata, esperando la embestida del perro. Se puso sobre mí y, con la lubricación que nos proporcionó el agua, de un golpe certero la metió. Era impresionante notar aquella verga, ancha y dura como golpeaba ansiosa.
En un momento dado... hizo una pausa, desesperante para mí que a esas alturas estaba a punto de estallar. Pero le gustaba jugar, ponerme a cien, parar, volver... uffffffffffff.
Fue sacando su polla muy despacito... nooooo!!!!!!!! por favor... y cuando creí que se iba a salir del todo, justo a la altura del glande, empezó a hacer movimientos que me desesperaron aun más.
_ Por favor, por favor... no puedo más, me vas a volver loca... ainsssssssss mi perro córrete!!!!!!!!
Y de una sola embestida me dio varias sacudidas hasta el fondo... un gran quejido salió de su garganta y me inundó dando varios espasmos. Agotado, mi perro se quitó y se quedó boca arriba. Yo también estaba exhausta y esta vez me puse a su lado... callada, con su miembro ya flácido en mi mano. Él puso su dedo en mi coño, metiéndolo apenas unos centímetros y dibujando en el, círculos.
Así nos quedamos, dos seres agotados pero absolutamente felices dejandonos inundar por el silencio de aquella noche de primavera.
He siempre pensado que la primavera es la estación ideal... esto sólo lo confirma.
ResponderEliminarTentadores besos.
La verdad es que sí... esos baños relajantes solo se dan en esa época
EliminarA tus PIES
¡Extraordinario!
ResponderEliminarSaludos.
Gracias... cuando sale esa pasión que llevamos dentro, sale de golpe y sin quitar un solo punto.
EliminarSalu2
Aiii que calor me dió leerte amigo!!!
ResponderEliminarSensacional!!!
Un poco de calor viene bien... y después una ducha fría, genial
EliminarSalu2