Ayer, al calor de la estufa, estuvimos hablando mucho rato con sendas tazas de café y, al acabarlas, nos miramos cómplicemente. Se hizo el silencio y seguidamente fuimos, tomados de la mano, al dormitorio. Nos desnudamos y muertos de frío entramos rápido en la cama. En seguida, como un resorte, quedamos abrazados dándonos energía. Eramos un solo cuerpo enlazado y encadenado... pero no duró mucho. Al poco, empezamos a sentir mucho calor e incluso, nos destapamos.
Ya estábamos atravesando aquella delgada linea entre la consciencia y semi inconsciencia. No oíamos mas que nuestros cuerpos, el tiempo no existía. Empezaba el juego.
Tapé sus ojos con un pañuelo negro de seda, lo anudé. Levanté sus brazos echándolos hacia atrás y separé sus piernas... pero no hizo falta que usara las cuerdas, se quedó quieta... inmóvil. De pronto empezó a gemir, cada vez más rápido. Su corazón latía fuerte y los temblores comenzaron a sacudir levemente su cuerpo... y no era de frío.
Tenía miedo... angustia. Pero no movió voluntariamente ningún músculo. Estaba gozando como nunca lo había hecho y notaba que cada minuto que pasaba no era su voluntad si no la mía la que se adueñaba de su cuerpo.
Y juro que no la toqué.
Ella solamente estaba volando al sentir miles de emociones que nunca había tenido... mi olor, mi respiración, mi aliento, mi soplido sobre cada centímetro de su piel... axilas, brazos, cuello, pecho, tripa, piernas y pies.
Todo era una mezcla de gemidos, lágrimas... y aquel temblor de miedo pasó a ser relajación y confianza.
Así aprendió a jugar e incluso dejó una gran huella sobre la sábana... no había vencedor ni vencido pero aquella mancha en la casilla final le dio puntos para volver a la casilla de salida.
Y vaya si me pidió jugar cientos de veces más.
Has empezado tan tierno y has acabado tan Dueño y Señor que me ha dejado casi temblando... pues es completamente diferente a lo que has escrito... bueno, se han tornado las vueltas.
ResponderEliminarMe gusta este lado tuyo: Mucho, mucho, mucho...
No me pongo a tus pies pero casi casi...
A mis pies... Gude.
Besos de Pecado.
Besos de Pecado.
Eso... no soporto que nadie se ponga a mis pies.
EliminarA tus PIES
Hay juegos entre dos que vale la pena experimentar... avanzar y retroceder... detenerse y volver a empezar... una y otra vez... porque como has dicho tú, no hay ni vencedores ni vencidos... en ese juego, ganan los dos.
ResponderEliminarTentadores besos Gude.
Siiiiiiiiiii, los dos son los vencedores por que los dos vuelven una y otra vez a esa casilla de salida.
EliminarA tus PIES